Cómo alcanzar tus metas

Cómo alcanzar tus metas

Al iniciar el año muchas de nosotras hacemos una lista de metas. Unas más ambiciosas que otras, unas más arriesgadas que otras, pero al fin y al cabo, representan lo que queremos lograr en un periodo de tiempo que generalmente comprende 365 días o un poco menos. Sin embargo al pasar de los días, o meses, muchas de estas metas se van quedando en el olvido. 

Y ahora te estas preguntando, porqué me pasa eso? porqué pierdo la motivación y las ganas de seguir luchando por conseguir lo que un día soñé? 

La respuesta es simple y fácil, si dejas de luchar por tus metas es porque hay algo en ti que no te emociona, no sabes aún cual es el porqué más profundo para querer alcanzarla y a la larga dejas de vibrar por eso y se te empieza a olvidar cual es el motivo principal. En conclusión, tu porqué no te emociona lo suficiente cómo seguir luchando día a día.

Entonces, aquí te contamos lo que debes tener en cuenta para que empieces a cumplir tus metas y empieces a vibrar en la frecuencia ganadora y jamás dejes de luchar por ellas. 

1. Saber lo que quieres, y por qué lo quieres:

Así como un carro no arrancará sin el motor adecuado, no conseguiremos lograr nuestras metas si no tenemos bien definido cuál es el motor de ellas, cuál es la motivación, POR QUÉ lo quiero. 

Por ahí dicen que al que no sabe para dónde va, cualquier bus le sirve, esto, tiene mucho que ver con conocernos interiormente, saber QUÉ es lo que queremos, nos da una visión general de dicha meta, nos permite verla en nuestra mente, por un momento se hace realidad, y ese es el principio para poder eventualmente conseguirla. 

No te preocupes si en una etapa inicial no logras definir el por qué quieres lo que quieres, a todos nos ha pasado, que a veces tenemos apenas claro lo que queremos y nos resulta difícil identificar un por qué profundo, uno por el que realmente valdrá la pena luchar. No lo tienes que identificar de inmediato, pero si es importante y prioritario que aunque te tome algún tiempo más, puedas definirlo. De ese POR QUÉ que definas, dependerá en últimas, si logras o no, la meta. Muchos de nosotros diríamos que no somos capaces de caminar por un puente inestable del que no hay cómo sostenernos, pero si allí, en el medio de ese puente se encuentra un hijo (o una persona a la que amas con el corazón), no pensarías ni siquiera en el peligro que representa para ti, sino que irías al rescate de esa persona. De eso se trata el POR QUÉ, de definir eso que es tan importante, que por más problemas y retos que se me presenten, no me harán desistir de esa meta trazada.  

Si no encuentras un verdadero POR QUÉ que alimente eso QUE quieres, desecha esa meta, y dale prioridad a las que verdaderamente importan, valen la pena, y por las que dejarás el alma para cumplirlas.

2. Define tu plan

Un plan es como un mapa de Waze o Google Maps: me permite visualizar la gran pintura, el cuadro completo, todas las carreteras y mi punto de destino; pero más importante aún me permite ver que para llegar a la meta, lo que debo es seguir una cierta cantidad de pasos, en un tiempo determinado (establecer fechas cortas de acción, te permitirá concentrarte en ese objetivo y eliminar posibles distractores).

El plan debe ser tan claro y detallado que por lo menos tengas un paso que puedas llevar a cabo cada día, hasta que logres tu objetivo. Piensa que la disciplina es ese aliado que te permitirá levantarte cada mañana y hacer lo que tienes que hacer, aunque la motivación no esté ahí. Si te falta motivación, y no tienes un plan, estás perdido, si te falta motivación, pero tienes un plan y disciplina, puedes lograr lo que te propongas. 

TAREA: define YA, una meta prioritaria para este año. Haz el primer paso para lograrla, en este momento.

3. Disfruta del proceso:

Disfrutar el proceso mientras llegas a tu meta, es una clave principal de la felicidad. El resultado final muchas veces no importará, si no logramos disfrutar del camino. Hay diferentes formas de lograr conseguir un millón de dólares, y unas de ellas son: ganarse la lotería o trabajar constantemente durante un año con retos específicos que te permitan lograrlo. En el segundo caso, probablemente el camino fue más difícil, por lo que a su vez el premio tiene mucho más valor. 

No todo el proceso será fácil o lleno de cosas buenas, en el proceso, seguramente tendrás momentos de tristeza, de enojo, de angustia o de insatisfacción porque los planes no avanzan como lo habías pensado. Ser consciente, sin embargo, y ver estos momentos desde el lente del aprendizaje, y de forma positiva, es fundamental; las lecciones las aprendemos de la vida en estos momentos difíciles. En los momentos en los que todo es felicidad, realmente no tenemos mucho por aprender, solo disfrutar, así que esas partes complicadas del camino son supremamente importantes, valorarlas es clave. 

Si tu meta es lo suficientemente fuerte, porque lo que te motiva es muy importante, lograrás ir por el camino, disfrutarlo y conseguir lo que te propones, aunque ese camino parezca difícil o casi imposible.

4. deja el mundo mejor:

Que tus metas tengan un impacto más allá de tu vida propia, que realmente puedas ponerte al fuego con el fin de lograr esos propósitos, que lo que hagas te cause tal felicidad interna que sería casi un crimen no terminar lo que te propusiste. Nada mejor que poder ayudar a los demás, a la sociedad, a la naturaleza, a nuestro alrededor. 

La ciencia lo dice: la gratitud es uno de los mejores aliados, y sentir que haces algo positivo por el mundo, traerá a tu vida bienestar, felicidad, y un círculo virtuoso de gratitud será creado. Te invito a que te salgas del centro de tu ecuación, pon ahí algo más grande, y empieza a trabajar por esas metas ya!

5. haz lo que te hace sentir bien:

En la mayoría de los libros de autoayuda nos hablan del amor propio, de que te consientas, de aceptarte tal y como eres, de no compararte. Hoy quiero zarandearte un poco, y poner sobre la mesa todos estos conceptos, te invito a que elimines la palabra sentir y más bien ¡HAGAS LO QUE TE HACE BIEN! Muchísimas veces, sin darnos cuenta caemos en este juego de palabras y por desconocimiento hacemos cosas que quizás de momento nos hagan sentir  bien, pero que puede en el largo plazo no hacerme una mejor persona, e incluso puede dañarme.

Un ejemplo de esto, que me pasa a mi y seguramente te ha pasado a ti, tiene que ver con el deseo en momentos de nuestra vida, de tener más actividad física, hacer más ejercicio, (este justamente es uno de los propósitos que muchos nos colocamos en año nuevo, cumpleaños, inicio de mes, entre otros). Este es un propósito que solo una pequeña cantidad de mortales logran alcanzar sin dificultad, para todos los demás se trata de un martirio (sobretodo cuando a la misma hora que nos trazamos para hacer ejercicio surgen: ese partido que quiero ver, esa cena a la que quiero asistir, esa cita que por fin aceptó la chica con la que quiero salir, esa reunión familiar inaplazable, ese sofá calientito para ver todas las series de Netflix que me faltan, etc, etc, etc.).

Muchas de estas cosas de momento pueden atrapar tu atención, y darte un aire de satisfacción, pero en el mediano plazo, te capturan en un mundo sin propósito, en el que no eres capaz de hacer acciones sencillas para lograr una meta propuesta. Por lo tanto, no se trata de hacer lo que nos hace sentir bien, sino de hacer lo que te hace bien, oblígate a pensar en la mejor decisión que tomarías pensando en los resultados en unos meses o años de distancia, antes que nada, detente unos segundos y piensa; lo que estoy pensando hacer, ¿me va a llevar a donde quiero ir?, Quedarme toda la tarde en el sofá pasando canales ¿me va a ayudar a conseguir el físico que quiero?, ¿el negocio o empresa que sueño?, ¿la compañía de vida que quiero? Y como más claro no canta un gallo, resulta evidente que muchas de las cosas que nos causan placer inmediato, no lograrán construirnos en esa persona que queremos ser, y por el contrario nos aleja de ella. 

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Por esta y muchas más razones quiero que seas consciente de todas estas situaciones y tomes la mejor decisión para ese momento según sea el caso, no te obsesiones, pero sé muy consciente de estos momentos clave en tu vida, en tu día a día, de lo que hagas hoy (no mañana ni ayer), dependerá lo que vivas en 1, 2 o 5 años. 

Y si te estás preguntando, ¿y todo esto qué tiene que ver con felicidad?; la respuesta es sencilla: tiene TODO que ver, la felicidad no solo es un momento, sino un camino (con meta incluida), somos la ciencia de la felicidad, porque para lograr ser felices y que sea perdurable, se requiere de esfuerzo, curiosidad, disciplina, constancia,  perseverancia, aprendizaje, tal como en el método científico. 

El ser humano responde al estímulo fácilmente y si nos concentramos en estimular nuestro cerebro constantemente con buenos hábitos, la retribución en el tiempo será nada más que plenitud y felicidad interior; es por esto que hacer lo que te hace bien más adelante te hará sentir mejor. 

Equipo @lacienciadelafelicidad.org